Ser tripulante de yates....
Dejando de lado los títulos profesionales y certificados de especialidad que se exigen para el puesto de capitán existen otras cualidades que un profesional debe tener cuando se trata de yates privados o de chárter. No será suficiente la experiencia en navegación si no se conocen las especiales características de organización, seguridad y calidad que exigen estos tipos de barcos de lujo y más aún cuando estos superan los 100 pies.
De todos los barcos que existen son los yates de lujo donde además de los conocimientos necesarios en navegación se requieren muchas otras cualidades ajenas a las típicas de la náutica y que muchas veces no se aprenderán navegando en ningún otro barco. Las cualidades que todos los tripulantes de yates deberíamos tener más que en otro tipo de barcos son: educación, discreción, pulcritud, paciencia y saber estar, si alguna de ellas falla el confort y profesionalidad que hay que transmitir harán aguas. Otra cualidad invisible pero sin la cual los tripulantes no deberíamos ni plantearnos trabajar en este tipo de barcos, ni en ningún otro, es el no beber alcohol, fumar ni consumir drogas.
Como ya comenté, en lo que se refiere a las cualidades del capitán estas deben ir más allá de saber navegar de forma segura o de organizar la carga, o de la seguridad abordo. Debe tener además la capacidad de organizar un equipo que trabaje coordinadamente en múltiples funciones indefinidas y fortuitas durante largas jornadas, prestar atención al detalle, buena capacidad de organizar una operativa de cara al cliente para que nada falle, saber comunicar a su tripulación como conseguir el máximo esfuerzo en equipo, ser un interlocutor válido entre el cliente y el armador, conocer, detectar problemas y averías y solucionarlos.
Entrando en detalle en lo anterior. Trabajar de forma coordinada durante largas jornadas requiere por parte del capitán saber formar un equipo que trabaje al 100%. Esto significa que cada miembro de la tripulación debe saber asumir sus funciones, respetar el trabajo de los demás y que cuando se requiera se dé apoyo al resto sin dudarlo.
Prestar atención al detalle significa no descuidar la limpieza, el orden y la forma que la tripulación ha de hacer el trabajo. El capitán debe estar atento a todos los departamentos del barco y cuando existan incidencias comunicar que se corrijan de forma inmediata, tales como por ejemplo: que las toallas no falten, o que sean repuestas cuando sea necesario, que los clientes estén atendidos y mimados en todo momento y así se sientan ellos, que la comida cuide el detalle y la calidad que se espera, que la seguridad en las actividades acuáticas sea extrema, que el servicio de bar y bebidas funcione el tiempo que sea necesario sin que el cliente lo eche en falta… En general supervisar todas las funciones de los tripulantes para evitar olvidos, errores, peligros, incomodidades o quejas.
Saber comunicar a la tripulación para conseguir la máxima calidad en el trabajo es la principal diferencia entre el éxito de un equipo y el fracaso. El capitán debe saber como conseguir la confianza y el respeto del grupo para que den lo mejor de cada uno.
Ser un interlocutor válido entre el cliente y el armador y resto de agentes significa saber ser el nexo entre diferentes partes que deben estar informadas para que el cliente se sienta satisfecho y el armador pueda conseguir la máxima rentabilidad y prestigio. Por ejemplo, conocer y llevar a cabo la administración e intendencia del yate, realizar los trámites burocráticos en puertos y con autoridades, o simplemente saber contestar los emails de forma correcta, rápida y efectiva. Todo lo anterior ayuda a evitar malos entendidos, mayor rentabilidad, agiliza la operativa del charter y evitar sorpresas desagradables de última hora.
El capitán debe conocer o detectar potenciales problemas y averías para que el barco navegue de forma segura y confortable, todo debe funcionar de la mejor manera, aire acondicionado, sistemas de audio y vídeo, fontanería y electricidad, juguetes acuáticos, embarcaciones auxiliares… No siempre es posible que todo funcione correctamente por eso es importante saber cuales son las deficiencias o averías para evitar problemas, accidentes o incomodidades para los clientes.
Saber organizar una operativa de cara al cliente para que nada falle supone coordinación y diálogo. Alimentos y bebidas, ocio en cubierta, desembarcos, puertos, transfers… son momentos concretos del charter que se repetirán día tras día y requieren de organización y sincronización entre todos los tripulantes para que cada uno sepa lo que tiene que hacer y cuando.